lunes, 6 de febrero de 2012

Capitulo 2: Orejas de cerdo.

       Es emocionante empuñar por primera vez una maquina de tatuar, montarle la aguja, conectarla a la fuente de alimentacion, pisar el pedal y que suene el martilleo metalico nunca antes escuchado en directo. Un zumbido estridente que, para quien ya ha sucumbido a la tinta, resulta cual canto de sirena, atrayente a la vez que estremecedor.

       Hay quien empieza tatuandose a si mismo, normalmente en las piernas, quien se estrena en la piel de algun amigo y muchos que, como yo, elegimos la carne de cerdo para iniciarnos. Esta opcion no impide que al empezar con las personas el resultado sea desastroso, pero suele reducir la magnitud del desastre. Que no os engañen, hasta los mejores tatuadores del mundo han hecho grandes mierdas en algun momento.

       La maquinaria para tatuar suele ser cara, pero como todo hoy dia puedes elegir la opcion china y super barata. Por el precio de una sola maquina de nivel normalito en españa yo me hice con un kit completo para tatuar que incluia 3 maquinas y todo el equipo necesario. Pasé dos meses tatuando orejas de cerdo hasta que me sentí preparado para pasar a las personas.
                
  
       En el cerdo había estado usando las tintas que recibí de china, pero a la hora de empezar con los humanos debía buscar tintas de una calidad garantizada, las mejores marcas, las más usadas por los profesionales. Encontré una pagina de internet (la complejidad de encontrar tintas buenas para tatuar la comentaré en un próximo capítulo) en la que realicé mi primer pedido de tintas. Nada más recibirlas hice y me hicieron mi primer tatuaje en piel viva. Era una estrellita de 7 puntas, demasiadas lineas rectas cuando a diferencia de la piel muerta de las orejas de cerdo, la humana resultaba elástica, vibraba alocadamente cada vez que entraba en contacto con la aguja. Así se aprende una importante lección por la via del error: Siempre hay que tensar bien la piel a tatuar. El resultado no fue desastroso pero dejaba que desear...La principal sorpresa (negativa, como no) fue ver cómo durante la curación del tatuaje el color perdía mas de un 50% de intensidad. Había que investigar cuál era el problema. Lo encontré en internet, las tintas de la marca que había comprado eran falsas (de ahí que me hubiesen costado mas baratas de lo que despues descubrí que era su precio real), resultó que era la marca de tintas que mas se falsifica. Esta noticia aplazó durante otro més la idea de seguir tatuando a personas.

       Por fín encontré una pagina de internet donde me garantizaban la originalidad de las tintas, realicé un nuevo pedido y dos amigos se atrevieron a pasar por mi aguja. Resultado, el primero de ellos una experiencia totalmente positiva, me llenó de fuerzas, todo empezaba a rodar. Entonces, armado de confianza me puse manos a la obra con el otro amigo. Resultado, mas de seis horas para conseguir acabar un tatuaje que se termina en poco más de una hora. Nuevamente había roblemas, la aguja atravesaba la carne, recorría la linea y cuando limpiaba la piel, sólo había un arañazo, la tinta no entraba. Esto provocó una sesion tensa, muy dolorosa ya que debía pasar una y otra vez con las agujas para que la linea quedase marcada en tinta y para mi animo, totalmente desalentadora. Pero lo peor aún estaba por pasar.

 
      Una semana despues de estos primeros tatuajes, el amigo que tan mal lo había pasado en mis manos me llama y me dice que el tatuaje ha desaparecido casi en su totalidad...

     
      -En el próximo capítulo: Problemas bajo la piel, seguir o no seguir tatuando, empiezan a aparecer clientes y el color blanco.

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